
Mi vida es una telenovela en la cual al protagonista (Yo) le pasan tantas barbaridades a una edad demasiado precoz. Cuando parece que ya lo he visto y oído todo y cuando parece que ya no puedo hundirme más, suceden cosas que me demuestran lo contrario. Desde que tengo uso de razón – supongo que desde los 5 años de edad – esto ha sido así, sin embargo desde el año 2007 despertó el demonio que había estado creciendo dentro de mí solo que ahora lo llevo por fuera y ya no está dormido.
He pasado por una metamorfosis total y extrema y aunque yo tenía pensado escribir sobre otra cosa en este post, en este momento se me acaba de ocurrir la ingeniosa idea de escribir mi antes y mi ahora. Aquí voy:
Antes: Extremadamente tímido. Pasé todo el jardín de infantes sin pronunciar ni una sola palabra. Cuando llegué al primer grado de escuela primaria comencé con lenguaje de señas hasta que no me quedó más remedio que empezar a hablar.
Ahora: Mantengo conversaciones normalmente y tengo bastante labia que no tengo idea de dónde la saqué. No dudo en enfrentar a alguien con palabras cuando es necesario y tengo que resaltar que mis palabras siempre son altamente precisas, acertadas, astutas, humildes, corteses y cultas. Sin embargo, la más importante virtud con la cual nací y luego aprendí a aplicarla es callar en lugar de devolver las groserías dirigidas hacia mí. Una cosa que no sé por qué la hago pero no puedo evitarlo es ‘No demostrar mi ira la mayor parte del tiempo’. Hay veces que sí se me nota, pero en situaciones cruciales yo escucho una voz en mi cabeza (de verdad la escucho, no es broma) y me dice ‘Espera un momento, piensa una mejor manera de ACTUAR’. Y es exactamente eso lo que yo hago. Un asesino profesional nunca le avisa a sus víctimas que piensa matarlas.
Antes: Inteligente académicamente y tonto e ingenuo para la infinidad de los otros ámbitos que tiene la vida.
Ahora: Listo académicamente y extremadamente brillante para los otros ámbitos de la vida con madurez intelectual y aún en proceso de acercarme lo más posible a la perfección mental, pero lamentablemente eso tuvo un efecto secundario no deseado. Se llama sicósis y hablo en serio.
Antes: Miedo al qué dirán y temor de hacer el ridículo.
Ahora: Descarado y desvergonzado en lo que respecta a mi personalidad y autoestima. Estoy muy seguro de mí mismo, de quién soy y nunca me arrepiento de lo que hago porque todo lo que hago, ya sea correcto o incorrecto, bueno o malo, lo hago conscientemente y aceptando las consecuencias de mis actos.
Antes: Inmadurez sentimental.
Ahora: Madurez sentimental.
Bueno, todavía hay mucho más de mis antes y mis ahoras, pero en este momento no recuerdo. Ay no, a quién engaño. Sí recuerdo, pero la verdad es que ya me cansé de escribir tanto. ¬¬ Yo iba a contar aquí las barbaridades que me han pasado estas últimas dos semanas y a la final escribí otras cosas que se me ocurrieron y tuve que aprovechar esa inspiración.
Aprovecho para decirles a todos los que me leen que les agradezco mucho y bueno es obvio que a ustedes les agrada leer blogs, sin embargo lo que más aprecio son las cálidas palabras que me dejan en sus comentarios. Muchas gracias.